17 de junio de 2010

Mi herida preferida


Aveces me dan ganas de volver el tiempo atrás, y de sentirme como cuando todo empezó de una manera increíblemente perfecta. Desde las primeras miradas que me diste, los momentos junto a ti, los segundos de espera ante el teléfono y las llamadas interminables, tus mensajes por la noche, tus abrazos y tus besos, las citas en algún restaurante, al cine o algo tan simple como estar contigo en el parque de tu casa, llenaban tanto mi corazón. Realmente hubo momentos en los que me costaba trabajo creer, pero no creer en ti, o en mí, o en la relación, me costaba trabajo creer en esa famosa magia del amor que nunca llegaba, y que cuando llegó, fue algo fantástico. Recuerdo nuestras tonterías, los juegos, cada beso y cada caricia que nos dábamos, era impresionante el poder que tenía el amor en esos momentos, tanto, que se me eriza la piel sólo de recordarlos. También recuerdo una noche junto a ti, mientras te veía durmiendo pensaba, más bien deseaba, que todo eso nunca se acabara.


Pero luego llegó ese día. El día de la dolorosa catástrofe. El peor error que he cometido en mi vida, desastroso. El haberte maltratado, gritado y mi falta de respeto hacía ti, hace que me den ganas de morirme, así como murió la relación. Lamento haber hecho todo esto, de hecho, lamento haber destruido lo más importante, que no era sólo la relación, sino la hermosa ilusión, esa hermosa sensación de amor y de poder sentirme en el cielo y en la luna siempre que estaba contigo. Ahora, cada vez que te veo, sólo siento un coraje y odio hacia mí mismo, razones que se hacen más fuertes cuando recuerdo lo bello que era y que ahora ya he arruinado.


Si tan sólo hubiera...no, el hubiera no existe, debo afrontar esta situación cada ves que veo al espejo y ser fuerte, aprender de los errores de la vida y darle el visto bueno a las cosas. ¿Qué tal si este error me hará tratar a mi siguiente pareja con mayor delicadeza? ¿O qué tal si este error hará de mí una fuente de inspiración para escribir historias de desamor y descontento? Discúlpame, sé que soy un grosero al hacer que te sientas "usado", pero no es esa mi intención. De hecho te tengo que dar las gracias por todo lo que me hiciste aprender y por todo lo que me hiciste sentir. Haz hecho que una persona, nunca en la vida se olvide de ti, haz trascendido en mi corazón y en mi mundo. Haz hecho de esto, de las mejores cosas que podría recordar. Haz hecho de esto un sin fin de canciones que cantar. Haz hecho de mí una persona más madura y decidida. Haz hecho de mí una persona menos recaída. Haz hecho de esto la mejor experiencia de mi vida. Haz hecho de esto mi herida preferida.

15 de junio de 2010

Suicídate, que te van a mandar al carajo

Mi nombre es Pedro Antonio González Martínez, pero la mayoría de la gente me conoce como "Piry". Tengo 16 años y primero Dios, cumplo los 17 el próximo 24 de noviembre del presente año. Estudio la preparatoria en la Universidad La Salle Cancún, de hecho, acabo de terminar el cuarto semestre, entraré a quinto semestre por mediados de agosto. Mi edad no se compara con la vida que he llevado ni con las personas con las que he convivido, lo cual ha repercutido bastante en mi forma de ser y de pensar, y por ende, en mi forma física también. Me gustan los deportes de combate cuerpo a cuerpo, ya que he practicado Taekwondo, box, artes marciales mixtas y Muay Thai desde muy temprana edad. Me gusta escribir, leer y tocar guitarra. En la escuela intento participar en todo, ya sean debates, presentaciones, obras de teatro, o lo que sea que me ponga en frente de un público o en un escenario. Si gustan saber mejor quién soy, me pueden ubicar en el espectacular de la ULSA, que está en la carretera, vestido con el uniforme del equipo de fútbol americano "Huracanes" (tengo entendido que la misma foto sale en algunos comerciales de la salle en el sistema de Cablevisión), o en algún folleto del Instituto Cancún De La Salle, ya que salgo en la portada cargando a una niñita. La verdad me caracterizo bastante por ser muy carismático y demasiado hiperactivo, siempre servicial y participativo. También por ser algo diferente a los demás por mi forma de vestir, la música que escucho, que van mucho con mi personalidad y por siempre estar sonriendo. Tengo un buen promedio en la escuela y me llevo perfecto con todo el mundo, incluyendo profesores y directivos, evitando los problemas y las discusiones destructivas. Soy muy creyente e incluso he ido a retiros para encontrar mi "verdadera" vocación. Les anexo mi currículum porque esto parece más una presentación personal exagerada para alguna página de citas por internet. Me interesaría mucho este trabajo para ganar algo de dinero en estas vacaciones y no tener que pedirle tanto a mis papás. Les aseguro que puedo atraer a mucha gente. También adjunto una página con links y escritos míos para que puedan darse una idea del tipo de persona que soy y tengan una "mejor" imagen de mí. Por cierto, mido alrededor de 1.75 m y me veo mucho más grande que una persona ordinaria de mi edad, por si sirve de algo. Muchas gracias.

9 de junio de 2010

A veces


A veces sueles olvidar a personas que te quieren ayudar, pero ahí están.

Y tienes miedo a enamorar, sigues recordando ese llorar en la obscuridad.

¿Porqué no has de poder amar? Si ese sentimiento te llevará a salvar.

Debes pensar en los demás, aunque tengas que perder y arriesgar, no siempre se puede ganar.


A veces sueles olvidar las cosas que te han hecho madurar, pero ahí están.

Y tienes miedo de avanzar, la seguridad que tienes no es total, y temes tropezar.

Sientes que bloquean tu andar, pero eso no te debe importar, rendirse jamás.

Y sabes que lo hiciste mal, pero escondes ese miedo al caminar, más nunca debes de culpar.


A veces no sé qué expresar.

A veces no sé en qué pensar.

Porque tu ternura es mi ansiedad, mi respirar.


A veces me preocupas más de lo que yo pienso que es normal, es tu creatividad.

Me haces pensar un mundo ideal, aunque tú bien sabes que no llegará, que lástima.

Y no me dejas de tentar, pero yo prefiero tu seguridad, en una realidad.

Al menos creo poder soñar, y algún día comprender que estás en paz, y así te podré imaginar, sin igual.


A veces un mundo anormal.

A veces un bello anhelar.

Pero tu bienestar es vital para mí y para amar.