31 de diciembre de 2010

Me da pena pedir un cigarro




Muchos de nosotros, los consumidores de cigarros, "pudimos notar" (lo puse entre comillas porque es algo rotundamente cínico) que a finales del presente año las cajetillas se volvieron "un poquito" peculiares (¿Se los tengo que explicar otra vez?). Tocaron piso en nuestras nuevas cajetillas, desdichadas imágenes y mensajes nada indirectos que sólo provocan miedo y tal vez, hasta morbo para algunas personas. Y aparte de todo, les subieron el precio a las desgraciadas, como si nos cobraran la tinta. He de decir, que me llamó tanto la atención este nuevo proyecto que ha implantado el Gobierno sobre el alza del precio de los cigarros, los visuales y las notas anexas, que hice una pequeña investigación durante algunas horas para conocer el porqué estaba ocurriendo semejante portento. Para las personas que no están muy familiarizadas con el tema, los pondré al día con un resumen de lo que logré examinar.


No conformes con el precio, ya altísimo, que se paga por este placer, la Cámara de Diputados, aprobó modificar el IEPS al tabaco, con un aumento de cinco pesos por cajetilla. A esto se le sumarán dos pesos que se habían pactado en la Ley de Ingresos (una de esas iniciativas de las que les gustan, en especial, porque la ley se llama "de Ingresos") del año pasado, por lo que a partir del 2011, nuestros adorados cigarros costarán siete pesos más. ¡Yei!


Con éstos incrementos al tabaco, se espera que el Gobierno consiga recursos por alrededor de doce mil millones de pesos. ¡Yei!


Y como cultura general y para que vean que soy buena onda, les diré que me enteré por ahí que el Partido Verde Ecologista de México aprobó un impuesto especial por 25% a las bebidas energéticas, con lo que se sumarán doscientos cincuenta y dos millones de pesos más. ¡Doble yei!


Debo mencionar que, en todas las fuentes que recurrí se expresa que este asunto del alza de los precios y las ilustraciones sobre los cigarros (e incluso lo de las bebidas energéticas) han sido objeto de gravámenes para evitar su consumo. En mi opinión, el precio tal vez sí vaya a inhibir su consumo ¡Pero porque la mayoría de los mexicanos somos pobres! y es ahí donde siempre nos pegan, donde más nos duele, en el dinero. Con esto, quiero decir que nosotros no podemos dejar de consumir por convicción propia ¡Sino por jodidos! "Supuestamente" el dinero que se colecte será dirigido al sector salud del país. He aquí la parte interesante. ¿Ustedes creen que en verdad irá para allá el dinero? Veamos: Albercas gigantes, pistas de hielo, playas meramente improvisadas, bigotones luminosos, ciudades completamente inundadas, más de la mitad de la población en pobreza, etcétera. Claro está que será bien dirigido ¡Yei! De seguro ya ni sabrán qué hacer con ese dinero que se recaude.


Nos hemos dado cuenta de que el gobierno utiliza cualquier pretexto para robarle a su "querido" pueblo. El más claro ejemplo sería la tenencia y todas éstas cochinadas de las que estoy hablando, y con tanta tontería y consumismo que nos meten en el cerebro, ¡Sólo nos quieren distraer! ¡No se dejen! ¡No sean tontos! ¡Que se pongan a arreglar las calles, la inseguridad, el racismo, la basura, la pobreza, la corrupción, el analfabetismo, la piratería entre todas esas cosas que nos molestan tanto a nosotros los mexicanos! Deberían de preguntarse el porqué los mexicanos fuman tanto, ¡El estrés! Estrés de la vida laboral, estrés por el desempleo, estrés por darle de comer a la familia, estrés por falta de dinero y todavía se atreven a subirle. ¡Es estúpido!


Visualicen. Un consumidor mexicano que gana el salario mínimo, tendría que trabajar alrededor de 5 horas sólo para comprar una cajetilla de cigarros, mientras que en otros países como Brasil más o menos serían 2 horas y en Estados Unidos escasos 40 o 50 minutos. Qué buena economía tenemos, ¿No? Pienso que lo único que se logra con este tipo de acciones es que se recurra a otras opciones como el mercado clandestino, la búsqueda por evadir impuestos, cambiar de vicio por verdaderas sustancias prohibidas por ser más baratas, entre otras, pero la más peligrosa que yo veo, es la terrible incomodidad de pordiosear un cigarro por saber que cuesta lo mismo que ir al cine.


¿Se dan cuenta del factor común que tenemos avanzando ante nuestros ojos? Durante todo el sexenio se han incrementado políticas encaminadas al cuidado de la salud. Y como son resabios nuestros gobernantes, recurren a la ancestral forma de control social, la prohibición. Rápida, sencilla, efectiva y no cuesta dinero (al contrario hasta les deja el changarro). La verdad no hay que culparlos, claro está que piensan en otras cosas mejores para nosotros. Nunca llegan dichas cosas, pero ellos siguen ahí "pensando". Primero, se nos galardonó como campeones del mundo, ¡Sí! ¡Primer lugar mundial en obesidad infantil! ¡Otro yei! Y por haber acreditado dicho premio, se prohibe la comida chatarra en las escuelas.

"Que un país sea campeón del mundo en obesidad y tenga buena parte de su población desnutrida es un reflejo de las carencias, contrastes y malos gobiernos que aquejan a México. Es imperativo que despierte México."


-Andrés Roemer

Luego en algunos estados como en mi natal Guanajuato se prohibieron la educación sexual veraz y la venta de la píldora del siguiente día, y por ende, se encarcela a las mujeres por abortos espontáneos. ¿Que si la vecina perdió al bebé mágicamente? A la cárcel. ¿Que si se fue a abortar a otro estado y regresó? A la cárcel. ¿Que si dio a luz pero le robaron a su bebé? Sin rodeos, ¡A la cárcel! Finalmente, vemos esta nueva política del tabaco, que no es específicamente de prohibición, pero son medidas casi coercitivas para los consumidores. A fin de cuentas, es la misma pendejada, quieren seguir oprimiendo nuestro libre albedrío. ¿No sería "más mejor y menos pior" invertir en educar a los niños y jóvenes a tener una alimentación sana, enseñar los riesgos del tabaquismo y las drogas en general, y sobre cómo tener una verdadera salud sexual? Sé muy bien que es difícil y lleva años modificar ideas, hábitos y comportamientos en las personas, pero vaya, no es imposible, y si se hubiera invertido desde hace mucho, el asunto ahora tal vez sería diferente y tal vez este escrito hubiera sido sobre "Kalimba y el abuso sexual". Pero bueno, el hubiera no existe.


A fin de cuentas, que se muera el que quiera. Seguiremos consumiendo y acabará siendo nuestro problema. De cualquier manera el país no está tan bonito con todo derrumbándose, que si la luz, que si el agua, que si el teléfono, que si el gas y que si su amiga la gasolina, y actualmente, que si los cigarros.

"De niño le tenía miedo a la oscuridad, de grande le tengo miedo a la luz, al agua, al teléfono, al gas y al cable."


-Chumel Torres

El problema no son los cigarros, el problema es que nos dejamos. Ya basta de dejarnos. El mexicano tal vez sea cobarde, pero no es pendejo. Pueblo, despierta, La Patria te necesita.